Transforma tu Vieja Almohada Amarillenta en Brillante Blanca: Guía Práctica para Blanquearla
EN BREVE
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¿Te preguntas cómo alegrar tu almohada amarillenta y hacer que parezca nueva? ¡No busques más! Descubre en este artículo consejos sencillos y eficaces para blanquear tu almohada y darle una segunda vida. Siga nuestros prácticos consejos y encuentre ropa de cama impecable en un abrir y cerrar de ojos.
Las almohadas se vuelven amarillas con el tiempo debido a que los fluidos corporales, como el sudor, se filtran a través de la funda y dejan manchas poco favorecedoras. Para recuperar su luminosidad se pueden utilizar consejos naturales:
La mezcla de cristales de soda, lejía y detergente para ropa puede resultar eficaz si se deja la almohada en remojo durante la noche antes de lavarla a máquina. El bicarbonato de sodio y el vinagre blanco son una alternativa suave para los textiles delicados, al igual que el jugo de limón, un agente blanqueador y desinfectante natural. El peróxido de hidrógeno también puede completar el proceso para obtener resultados óptimos.
Para un blanqueamiento eficaz, la almohada debe lavarse a máquina a alta temperatura (90 °C) y secarse al sol para desinfectarla. Elige el secado al aire libre o a baja temperatura según la composición de la almohada.
Para evitar que se ponga amarillento en el futuro, invierta en un protector de almohada de calidad y limpie las fundas y los protectores de almohada con regularidad. Respeta también la vida útil de la almohada y cámbiala cada tres años para evitar ácaros y manchas difíciles.
Comprender las causas del color amarillento de la almohada
Con el tiempo, incluso con funda de almohada, nuestras almohadas suelen acabar cubiertas de poco favorecedoras manchas amarillas. Por qué entonces ? La respuesta está en el fluidos corporales como la sudor. Efectivamente, el calor de la noche nos hace sudar, y este sudor atraviesa la funda para filtrarse en la almohada, dejando estas marcas amarillentas al secarse.
Consejos naturales para blanquear tu almohada
¡No es necesario que tires tu almohada amarillenta! aquí están algunas consejos naturales para restaurar su brillo:
Cristales de soda y lejía.
Esta poderosa mezcla es muy eficaz para eliminar las manchas rebeldes. En un recipiente grande con agua caliente, mezcle una taza de lejía, una taza de cristales de soda y una taza de detergente para ropa. Remoja tu almohada durante la noche antes de lavarla a máquina. ¡Cuidado con las proyecciones, usa guantes!
Bicarbonato de sodio y vinagre blanco.
Menos agresiva que la lejía, esta solución es perfecta para tejidos delicados. Mezcla una taza de vinagre blanco y una taza de bicarbonato de sodio en una olla grande con agua caliente. Remoja la almohada durante una hora antes de meterla en la lavadora. Ojo con la preparación: ¡hace espuma!
Jugo de limon
El limón no es sólo un agente blanqueador sino también un desinfectante natural. En un gran volumen de agua caliente, agrega el jugo de 10 limones y remoja tu almohada durante dos horas. Luego, lavar a máquina con tus productos habituales.
agua oxigenada
El peróxido de hidrógeno puede complementar la preparación de limón. Añade a la mezcla anterior el doble del volumen de zumo de limón en agua oxigenada y deja en remojo una hora antes de lavar en lavadora.
Lavar a máquina y secar al sol.
El lavado a máquina a alta temperatura (90°C) es eficaz, pero hay que tener cuidado de diluir los productos previamente para evitar añadirlos uno a uno. Luego favorezca el secado al aire libre y al sol para potenciar la blanqueo y desinfecta tu almohada. Si utilizas la secadora, elige el programa adecuado en función de la composición de tu almohada:
- Secar al aire libre para plumón o plumas.
- Baja temperatura para almohadas sintéticas
Prevenir el amarillamiento futuro
Para evitar que su almohada vuelva a amarillear, invierta en un protector de almohada de calidad. Creará una barrera adicional contra los fluidos corporales, dificultando su infiltración. Optar por protectores de almohada termorreguladores para minimizar la sudoración nocturna.
Además, limpie la funda y el protector de la almohada con regularidad, cada dos semanas, y lave la almohada cada seis meses. Por último, respeta la vida útil de tu almohada, cámbiala cada tres años para evitar la proliferación de ácaros y manchas que ya no desaparecen.